8 de octubre de 2018

Las miradas de la región y del mundo están dirigidas en las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre en Brasil. Como el propio Henry Kissinger mencionaría que “hacia donde se incline este país, se inclinará América Latina”; para el progresismo latinoamericano está disputa también tiene mucha relevancia: que el país más grande en términos económicos y poblacionales sucumba ante la “barbarie” -como lo ha expresado el ex presidente Lula da Silva al referirse al candidato Bolsonaro- o se levante a través de un nuevo proyecto popular encabezado por el PT.

Cuando los proyectos denominados progresistas de varios países de la región han sido fracturados por una contraofensiva reaccionaria y neoliberal, el futuro de Brasil se convierte en el futuro también de la región. Además de ello, la escalada de figuras, discursos e ideas de carácter profundamente fascista en la región y en el mundo demandan de una única respuesta posible: la victoria democrática y popular que reivindique la justicia e igualdad social, la garantía de derechos y la diversidad de pensamiento.

No podemos dejar de condenar la judicialización de la política. Justamente en el gigante sudamericano hemos visto con perplejidad cómo la justicia ha sido instrumentalizada para perseguir y censurar: primero, en el vergonzoso impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff y luego, con el encarcelamiento y bloqueo político al ex presidente Lula. Los proyectos de transformación profunda de la sociedad no pueden seguir siendo víctimas de la democracia liberal que responde a los intereses históricos de los de arriba; por ello las fuerzas populares y de izquierda requerimos radicalizar nuestros objetivos, revisar nuestros errores y ampliar la disputa política.

Desde el Ecuador enviamos un profundo y solidario abrazo a las fuerzas progresistas que, bajo la candidatura de Fernando Haddad, buscan resistir a la más rancia oleada reaccionaria encarnada por Jair Bolsonaro. Que las elecciones del próximo domingo 7 de octubre constituyan una señal clara de la rearticulación progresista en Brasil y una luz de esperanza
para la región.

¡Venceremos!

DIRECCIÓN NACIONAL
PARTIDO SOCIALISTA ECUATORIANO